La naturaleza inherente de un proyecto, programa o portafolio se deriva de sus objetivos y cómo se lograrán ellos. Algunos de los objetivos son claros y bien definidos, con la forma en que se producen utilizando métodos y tecnología de probada eficacia. Otros objetivos son ambiguos y la forma en que se deben producir es incierta debido a la falta de familiaridad o tecnología innovadora.
Estos factores se agrupan bajo el título de complejidad. Esto equivale en general a una medida de cuán difícil de gestionar será el trabajo y por lo tanto influye en los métodos que se deben utilizar y la competencia necesaria del equipo de gestión.
Los factores externos que influyen en la naturaleza de la obra incluyen los comerciales, los organizacionales, los de situación geográfica y así sucesivamente. Estos forman colectivamente el medio ambiente.
Como gobernar la obra como un proyecto, programa o portafolio es una decisión que se toma a principios del ciclo de vida y está estrechamente asociada con la complejidad del mismo. Una vez se ha tomado esa decisión, pasa a formar parte del contexto en el que las funciones de conocimiento de Praxis, en cuanto a procesos y competencias son aplicadas.
Gracias a Ignacio Manzanera por la traducción
